Los beneficios para la salud del senderismo son conocidos por todos, pero es fácil que pasen desapercibidas las consecuencias sociales que conllevan. Según cálculos del “Estudio de incidencia socioeconómica y retorno de la inversión en materia de senderos en Aragón”, realizado por el Gobierno de Aragón, la práctica del senderismo en la comunidad supone un ahorro de costes sanitarios directos para el sistema de salud de más de 1,5 millones de euros; si además se consideran los costes indirectos, la cantidad se eleva hasta 6.450.000 euros.

Este cálculo se basa en las investigaciones científicas sobre las enfermedades relacionadas con el sedentarismo, que cada vez alertan más de los problemas para la salud y el bienestar por el estilo de vida poco activo que impera en la actualidad.

De esta manera, se estima que cada persona que práctica una actividad física de forma regular evita al sistema sanitario público un gasto de 21 euros al año. Según las encuestas realizadas, los aficionados al senderismo realizan una media de 20 excursiones al año, lo que supone 1,05 euros de ahorro por salida a la montaña y multiplicado por el millón y medio de senderistas que recurren anualmente en Aragón, dan 1.575.000 euros de ahorro.

Solo esta cantidad ya supera la inversión pública anual en creación y mantenimiento de senderos, por lo que promover la red de rutas senderistas, como un aspecto clave para aumentar la masa de practicantes, puede justificarse meramente en motivos de política de sanidad pública.

El programa “Walking for Health”, del sistema público de salud del Reino Unido, ha demostrado la eficacia del senderismo para la mejora de pacientes con diabetes tipo 2, pacientes en rehabilitación cardiovascular o con enfermedades vasculares periféricas. Además, ayuda a contrarrestar algunos efectos de la artritis reumatoide, previene la pérdida de masa ósea, y puede ser útil en el tratamiento a largo plazo de la depresión leve o moderada por su eminente carácter social.

Así, el senderismo se posiciona como una actividad deportiva adecuada para todos los públicos, ya que mejora la condición física sin necesidad de aumentar la fatiga. Es un deporte accesible y asequible para todos, que al realizarse al aire libre aúna valores medioambientales relacionados con la puesta en valor del medio natural.

Es, también, un elemento articulador de desarrollo sostenible para el entorno rural, contribuyendo de este modo al necesario mantenimiento de población, algo imprescindible para el equilibrio territorial.

En definitiva, las inversiones en senderismo son inversiones en capital humano que permiten aumentar la calidad de vida y la salud de la población democratizando el deporte.